El agua es emoción, es misterio y creatividad. Junto con el fuego conforma el par de elementos subjetivos, es decir, que se aproximan a la realidad imponiendo su visión en lugar de adaptarse a ella. Las cartas con mucha agua nos hablan, por tanto, de individuos sensibles, emocionales, apegados, imaginativos y empáticos.
Se trata de personas introspectivas, con una riqueza interior inacabable. Gente que pondera valores como la seguridad, el cuidado y la nutrición afectiva. Protectores y demandantes de protección. Sabedores de que la vida es mucho más que lo tangible: buceadores de misterios, psíquicos, poetas, yoguis, músicos. Exploradores de los vericuetos del alma y de los sueños de la materia. El inconsciente, los deseos profundos, los miedos y las contradicciones constituyen terrenos donde el individuo con mucha agua se mueve a sus anchas.
El agua nos remite al pasado y a la memoria colectiva y comparte, junto con el fuego, un anhelo místico. Se trata de personas de apariencia tranquila pero respuestas profundas, emocionales y tormentosas. Capaces de sentir con el prójimo y con el universo. De obrar grandes milagros. De sacrificarse por los otros. Son sanadores por excelencia. Psicoterapeutas. Artistas. Y almas vulnerables que requieren el silencio para alcanzar la tan necesitada paz interna.
Por supuesto, no todo es tan armonioso con el agua. Si esta desborda un tema natal y no se le da la salida adecuada conduce al caos, la locura y a la hipersensibilidad. Así, el agua es el elemento más conectado con la depresión. Provoca escapismo, superchería, inestabilidad emocional y una maleabilidad enfermiza. El individuo se apega de manera irracional a objetos, sentimientos y personas; se vuelve manipulador, castrador y paranoico, extremadamente inseguro, movido por miedos y corrientes inconscientes inexplicables. Un exceso de agua que inunda su vida y la de los que lo rodean.
Para armonizar el desbordamiento de agua, podemos apoyarnos en el elemento aire, que nos remite al desapego, la objetividad y una aproximación intelectual a la existencia. Los ejercicios respiratorios apaciguan el caos del elemento agua. De la misma manera, personas, actividades y las partes de la carta natal que vibren con el aire nos serán de gran ayuda.
Por último señalar que una ausencia de agua es jodida ya que el individuo no tiene ni idea de lo que le pasa por dentro, le cuesta expresar sus verdaderas emociones y más aún entender las motivaciones de los demás. Puede aparentar superficialidad o ausencia de tacto. Nadar, contemplar el mar o la luna, beber leche, descansar, bailar o meditar así como rodearse de gente con el elemento agua puede ayudar a compensar esta desconexión.