La tierra es un elemento adulto: está muy conectado con el paso del tiempo y refleja responsabilidad, madurez e incluso los últimos años de la vida o de cualquier etapa.
Podemos afirmar que las personas con bastante tierra en su carta actúan con paciencia, perseverancia, precaución y confianza. Se trata de individuos modestos, discretos, que rehuyen del cambio y prefieren apostar por lo tradicional y lo seguro.
Como la tierra es hermosa, orgánica y fructífera, sus nativos disfrutan de una fuerte conexión con el uso del cuerpo -ya sea para su goce o tiranía- así como facilidad para proporcionar sostén y cubrir sus necesidades básicas. De una u otra manera, con el paso del tiempo, todo signo de tierra logra alcanzar sus objetivos.
Se trata de personas resistentes, autodisciplinadas, pragmáticas y muy realistas. Con geniales dotes para la organización. Reservados. Preservadores de lo establecido.
Amantes de la rutina y el orden. Y un pelín torpes para embarcarse en asuntos abstractos o espirituales.
En cartas con demasiada tierra, o una tierra mal llevada, vamos a encontrar a individuos muy estrechos de mente. Cuadriculados. Cínicos. Monótonos. Apegados a sus posesiones; hedonistas y materialistas en exceso.
Se trata de personas que reducen el mundo a lo tangible: donde aquello que no puede ser tocado, comprobado por los sentidos, desaparece. Individuos estrictos, ortodoxos, defensores a ultranza del Status Quo y que viven aterrorizados por un posible futuro que les arrebate su estabilidad. Vamos, unos fachas.
Para rejuvenecer esta tierra mal canalizada podemos apoyarnos en el fuego con su inspiración, espontaneidad y risas. Trabajo con niños. Juegos. Teatro. Aventura.
Situaciones donde se pierde el miedo al ridículo y el individuo aprende a relajarse y a dejar ir.
Si, por el contrario, en la carta de un individuo falta la tierra, puede que suela desatender las necesidades del cuerpo, pecar de ingenuo o idealista además de no tener ni un ápice de sentido práctico. Alguien que vive en los mundos de yupi y desprecia los asuntos mundanos. Que no tiene nunca ni un duro. Ni se acuerda de pagar las facturas. Por supuesto, a esta persona le recomendaremos que se rodee de personas con la tierra marcada en su mapa natal. También puede resultarle trabajar en un jardín, pasear descalzo por el bosque o comer verduras de raíz larga.