Musa, romance y drama rodea la fascinación y el encanto que la Luna ejerce sobre la Tierra, en ciclos que cada mes traen una misión, una acción y un mensaje.
Seguir el ciclo lunar como parte de nuestras devociones espirituales puede ser muy satisfactorio en el desarrollo de una conexión más profunda con nuestro planeta y el universo.
La Luna en la Astrología, representa a la mujer y lo femenino dentro de nosotros. La Luna Nueva representa la menstruación y en los días antiguos la mujer se retiraba de otros durante este tiempo. Después de tres días, en la Luna Creciente otra hormona se hace cargo, la mujer se está preparando y con ella la intención para su próxima acción. Después de una semana (Primer Cuarto) regresa la acción a su vida y toma las medidas para el cumplimiento de sus planes.
Cualquier cambio llega en la Luna Gibosa y la floración se produce durante la Luna Llena, dos semanas después de la Luna Nueva (este es también el momento en que es fértil y puede quedar embarazada). En la Luna de la Difusión, es el momento en que una mujer se ve recompensada por el trabajo bien hecho con celebraciones y elogios. El Cuarto Menguante es el tiempo de limpieza, de poner todo en su lugar y dejar ir la intensidad emocional de las últimas semanas. La Luna Balsámica es la fase de recuperación y entrega, la mujer se prepara para retirarse de su mundo y comenzar un nuevo ciclo con la Luna Nueva que se aproxima.
Las fases lunares comienzan con la Luna Nueva. El lado oscuro de la Luna es un momento para un nuevo comienzo, un borrón y cuenta nueva. Es un momento de reunir nuestros pensamientos, planificar y conseguir que todo esté listo para anunciarlo en la Luna Creciente. Es cuando el lado no iluminado de la Luna se enfrenta a la Tierra.
La Luna Creciente es el momento de anunciar nuestras intenciones, esperanzas y deseos para el mes lunar. Es bueno anotarlas, ya sea en un pedazo de papel o en nuestro diario o agenda. De hecho, dicho diario puede ser una herramienta valiosa en nuestras devociones espirituales diarias.
La Luna Cuarto aparece aproximadamente una semana después de la Luna Nueva. Podríamos llamar al primer Cuarto Creciente la “media luna”, porque la Luna aparece cortada por la mitad, porque no es en apariencia un cuarto de la Luna en absoluto. En la Luna Creciente, podríamos responder a los desafíos que no habíamos preparado, es posible que tengamos que hacer decisiones sobre el terreno acerca de cómo proceder y luego hacer lo que hay que hacer para que nuestras intenciones se manifiesten. Es un momento para la acción.
En la Luna Gibosa puede que tengamos que redefinir o modificar nuestras esperanzas primarias. Tal vez algo ha sucedido que no podemos cumplir con nuestras intenciones; tal vez nos cambiamos nuestra mente. Cualquiera que sea lo que se ha producido, este es el momento de reformular, acomodar, ajustar o editar nuestra nota escrita.
Este es el momento de firmar, cerrar y estampar nuestro plan, también es propicio para eliminar lo indispensable. Puede ser que nuestro plan necesite más tiempo, pero que no cunda el desánimo, aún nos quedan dos semanas para dedicar a la culminación del mismo. Debes saber que la intención está “allá afuera” en el universo y el tiempo está reuniendo todas las circunstancias e intenciones de otras personas, para que esto ocurra de la mejor manera para todos los interesados. Es importante recordar que en seis meses la Luna Llena va a estar en la misma casa astral y signo que la Luna Nueva, por lo tanto, puede tomar medio año que nuestras intenciones se manifiesten en lugar de dos semanas.
Este es el momento de estar agradecidos, hablar acerca de nuestra intención a aquellos que nos quieren bien, compartir nuestras esperanzas y deseos, y preguntar sobre nuestras dudas y obstáculos, si los hubo, para encontrar asesoría. Ahora podemos estar entusiasmado por el progreso de nuestras intenciones o confirmar “ya se han realizado.”
Ahora es el momento de dejar ir, soltar, y perdonar cualquier cosa que nos ha hecho daño de alguna manera. Es un tiempo para el vaciado de nosotros mismos y permitir que el universo haga su parte.
Este es un momento de paz, propicio para descansar y recuperarnos. No pensar, planear, o actuar. A medida que la Luna entra lentamente en “la oscuridad”, que permite a nuestra visual-mente conseguir la paz necesaria para comenzar de nuevo.
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