Formando parte importante de la vida de estas antiguas sociedades tribales europeas, los símbolos celtas, fueron grabados en innumerables artefactos como armas, vasijas, joyas e inclusive tatuados en los cuerpos, pero más allá de ser elementos ornamentales, tenían un significado sagrado.
Generalmente, los símbolos celtas eran usados por los druidas en los rituales, con base en la creencia de sus cualidades para neutralizar las fuerzas oscuras y promover las energías para purificar el alma, además, eran empleados por los guerreros como amuletos para conseguir protección en las batallas o vencer enemigos.
Con un estilo propio, los celtas realizaron el grabado de estos símbolos en materiales como el bronce, la madera o la piedra, predominando los diseños lineales abstractos con tendencia geométrica o en forma de espiral, de esta manera, a través de esta simbología transmitían una historia o una creencia religiosa, a la vez que evocaban un vínculo con las fuerzas de la naturaleza.
El mundo espiritual de la cultura celta, era muy complejo, estando rodeado de una cantidad de historias, supersticiones, rituales y creencias divinas, que se manejaron primordialmente a través de los siguientes símbolos:
Triskel.
Uno de los símbolos celtas más conocidos, formado por tres brazos en espiral unidos entre sí en un punto central, representaba el equilibrio y la perfección de tres elementos fundamentales: tierra, agua y aire. Esta imagen sagrada solo podía ser portada por los druidas, ya que poseía propiedades curativas.
Cruz Celta.
Para los celtíberos la cruz significaba los cuatro puntos cardinales, los cuatro dioses que las habitaban, las cuatro estaciones del año, y a la vez, el cruce del camino de los vivos con el de los muertos.
Triqueta.
Otra de las imágenes celtas ampliamente conocida, aludía el concepto de cuerpo, mente, espíritu y alma, por ello, generalmente se usaba para sanar, bendecir y dar felicidad, aunque también se empleaba para invocar a la muerte.
Árbol de la Vida.
Siendo uno de los signos más importantes para esta cultura, manifestaba a sus dioses y la fuerza vital de la naturaleza. También era el vínculo entre el cielo y la tierra o ente lo mítico y lo terrenal.
Entre otros signos celtas importantes, estaban los nudos, la espiral, el sistrel, la cruz solar, el pentáculo, el wuivre, y el lauburu o cruz curvilínea.
Aunque no ha resultado sencillo establecer como estos pueblos concebían el universo debido al enorme hermetismo que ello encerraba, los símbolos celtas se convirtieron en vestigios que transmitieron este conocimiento hasta nuestros días.
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