Los Nodos de la Luna están cambiando de signo: ingresarán al eje Tauro/Escorpio después de un año y medio en Géminis/Sagitario. Esto representa una nueva dirección para la humanidad, con grandes desafíos. Este cambio de eje nodal nos habla de un cambio de perspectiva.
El plano de la órbita de la Tierra alrededor del Sol se denomina eclíptica. Aproximadamente, en este mismo plano orbitan el resto de los planetas del Sistema Solar, la Luna y las constelaciones zodiacales, unos con más inclinación, otros con menos.
El plano orbital de la Luna con respecto a la eclíptica -el camino aparente del Sol- está inclinado unos 5º grados, por lo tanto, no son coincidentes.
Los Nodos de la Luna son puntos simbólicos.
Por esta razón, cuando orbita la Tierra, la Luna asciende o desciende por su plano atravesando de sur a norte o de norte a sur la eclíptica, por unos puntos imaginarios de corte que se llaman Nodos.
Tenemos así un nodo ascendente y otro descendente que podemos unir con una línea imaginaria, o línea de nodos.
Los Nodos de la Luna, por lo tanto, no son cuerpos como los planetas, son puntos simbólicos.
Durante su órbita de 28 días alrededor de la Tierra, la Luna cruza la órbita del Sol una vez en dirección de Sur a Norte. Este punto de intersección se llama Nodo Lunar Ascendente o Nodo Norte.
Aproximadamente 14 días después, se produce el cruce en dirección de Norte a Sur. Este punto se llama Nodo Lunar Descendente o Nodo Sur.
Los nodos lunares no mantienen su posición, sino que se desplazan por el zodiaco con un movimiento retrógrado a una velocidad de aproximadamente 1,5º por mes.
Por lo tanto, es necesario que pasen 18.6 años para que la línea de nodos dé un giro completo por todo el zodiaco. El eje cambia de signo aproximadamente cada año y medio.
Todos los planetas tienen Nodos. Sin embargo, los Nodos Lunares son los más importantes, debido a que también marcan los lugares donde se producen los eclipses del Sol y la Luna. Por definición, un eclipse se produce sobre la eclíptica y; sobre el eje nodal, se irán produciendo los eclipses.
El Nodo Norte corresponde a cuando la Luna asciende por la eclíptica y el Nodo Sur cuando desciende.
En Astrología “moderna” se considera el eje nodal como un eje de “desarrollo personal”. El Nodo Norte es considerado un camino de crecimiento; por el contrario, el Nodo Sur es lo conocido, un hábito “caduco” al que se debe abandonar.
La astrología medieval, por su parte, asocia al Nodo Norte con los benéficos y lo considera “aumentativo” y al Nodo Sur con los maléficos y lo considera “diminutivo”.
En cambio, el astrólogo griego Vettius Valens nos dice que el eje nodal fractura o quiebra la estabilidad del signo en donde se encuentra y los planetas allí presentes pierden parte de su efecto. Ptolomeo, su contemporáneo, también considera los nodos perjudiciales o críticos cuando la Luna estuviera con ellos.
El Nodo Norte ingresará a Tauro el 18 de enero de 2022.
El Nodo Norte ingresará a Tauro el 18 de enero de 2022. Los eclipses cambiarán de un enfoque de Géminis/Sagitario a uno de Tauro/Escorpio. El Nodo Norte se ubicará en Tauro y el Sur en Escorpio.
Repasemos brevemente los significados de cada eje. Cuando hablamos del eje Géminis/Sagitario nos referimos al eje de la comunicación y del movimiento. Géminis es el signo de la comunicación, del comercio, de los viajes cortos, de los estudios básicos, de la información. Sagitario es el signo de los largos viajes, de la justicia, de los estudios superiores, de la religión, de la independencia. Todas estas cuestiones han sido puestas en el tapete y sujetas a grandes cambios a nivel mundial y personal en este último año y medio.
Teniendo todo esto en cuenta y la premisa básica astrológica “cuando algo cambia en el cielo, cambia también en la tierra” nos encontramos frente a un cambio de dinámica importante, comenzando porque Géminis y Sagitario son signos mutables y, por lo tanto, adaptables, pero proclives a los cambios y a la inestabilidad.
En cambio, el eje Tauro/Escorpio es un eje fijo, y los signos fijos tienden a la estabilidad. El signo fijo expresa toda cosa con fuerza, asegura la solidez, la continuidad.
Tauro es el signo de concreción, de permanencia, de constancia, el que está asociado con los recursos. Está regido por Venus, por lo que es un signo pacificador.
En cambio, el signo de Escorpio que también tiene que ver con los recursos, en este caso compartidos. Como es regido por Marte, es un signo de lucha, de acción, de impulso sostenido, y, como es de Agua, es emocional, pero al ser fijo también sugiere determinado control sobre las emociones.
Ambos signos son posesivos: Tauro es sensual, Escorpio sexual. Tauro está asociado con la ganadería y con la banca, con la incorporación, la alimentación y el sustento; Escorpio, con los préstamos, con las deudas, con aquellos patrimonios naturales asociados a la riqueza subterránea, con el tratamiento de residuos, con el reaprovechamiento de recursos y también con los desechos. Por lo tanto, vemos que durante el tránsito de los nodos por el eje Tauro/Escorpio todos los asuntos relacionados con esos signos estarán llevados a un primer plano.
Adicionalmente, la “pugna” entre el tradicional Saturno y el innovador Urano, estará vigente en 2022. Saturno en Acuario puede producir avances científicos, pero también puede marcar frenos y tensiones, en mal aspecto con el disruptivo Urano en Tauro podría también perturbar las finanzas y promover cambios.
En cuanto a las Cartas Natales, los ejes influirán de acuerdo con la casa en donde estén ubicados los signos de Tauro y Escorpio.
Por Patricia Kesselman, astróloga y profesora de astrología y tarot. Imágenes de la web.