Vivir en sintonía con los ciclos naturales favorece la salud y el bienestar. El premio Nobel de Medicina del 2017 fue otorgado a los doctores Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. por descubrir detalles sobre cómo las células de plantas, animales y seres humanos adaptan su ritmo biológico para que esté sincronizado con la rotación de la Tierra.
Empezamos a descubrir los detalles bioquímicos de cómo influyen los ciclos naturales en el cuerpo a nivel celular, pero la humanidad conoce por experiencia esta realidad desde hace miles de años. De hecho, cada uno de nosotros puede comprobarlo cada día.
Por ejemplo, si intenta morderte el perro de un amigo, que siempre se había mostrado juguetón y sociable, mira al cielo por la noche y busca la Luna. Si es Luna llena, ahí tienes la explicación: los animales muerden con más frecuencia en esa fase lunar. No es ninguna superstición, es la conclusión de una investigación realizada en el hospital Bradford Royal Infirmary (Gran Bretaña) a lo largo de dos años.
Y es que más allá de mitos literarios y cinematográficos, de hombres lobo o de aquelarres a la luz de la Luna, algunos estudios científicos han determinado su influjo en el comportamiento no solo vegetal, sino también animal y humano. Por ejemplo, influye en la calidad del sueño, siendo los días de Luna llena los más proclives a padecer insomnio.
Este fenómeno, que muchos consideraban una creencia popular sin base alguna, cuenta con el respaldo de la comunidad científica, ya que se ha demostrado que los días próximos a la Luna llena la hormona melatonina, secretada por la glándula pineal en el cerebro, baja de forma significativa en el cuerpo humano. Y eso se traduce, entre otras consecuencias, en una disminución del ciclo de sueño.
Un importante estudio del Hospital de Psiquiatría de la Universidad de Basilea (Suiza) demostró que dormimos hasta 20 minutos menos en los días de Luna llena. También cae en picado el porcentaje de sueño profundo y se tarda más tiempo en dormir.
Con estos datos, el Calendario Lunar ya tiene una primerísima utilidad en tu vida: solo con saber si está cerca la Luna llena sabrás si tu sueño va a ser de peor calidad esos días.
Así que si tienes un proyecto importante que presentar o un acontecimiento en el que tengas que dar el cien por cien de tu energía y talento, procura elegir otra fecha más adecuada.
Si eso no es posible, ten en cuenta esos efectos de la Luna llena en tu descanso nocturno para irte más temprano a la cama o tomar algún suplemento que te ayude lograr un sueño más profundo y reparador.
A pesar de todos los estudios científicos realizados, lo cierto es que la influencia de la Luna resulta muy difícil de determinar.
Sin embargo, el fenómeno de las mareas, por el que millones de metros cúbicos de agua se desplazan cotidianamente bajo la acción de nuestro satélite nos recuerda cada día la magnitud de esta influencia.
Asimismo, está científicamente demostrado que la corteza terrestre también acusa el fenómeno de las mareas, cuyo efecto provoca una elevación de hasta 50 cm.
Dado que en ese caso la influencia de la Luna actúa principalmente sobre el agua, resulta bastante lógico pensar que también influye en los seres vivos, que están compuestos por un elevado porcentaje de fluido.
Así pues, las plantas y los animales son muy sensibles y receptivos a la influencia de los ciclos lunares, mientras que las personas no siempre nos percatamos de ese efecto porque vivimos muy alejados de los ritmos naturales.
Según nuestra sensibilidad, acusaremos esa influencia en mayor o menor grado. A pesar de que los estímulos artificiales de la vida actual dificultan la percepción de esas fuerzas cósmicas, sus efectos siguen siendo reales.
Son muchas las personas se sienten más vitales, inquietas o activas cuando hay Luna llena, como si en esos días de máxima iluminación lunar fueran capaces de iniciar cualquier proyecto nuevo.