El Tarot de Aleister Crowley se trata de un mazo de Tarot muy especial porque su creadora, Frieda Harris, que era además de artista, egiptóloga y amiga íntima de Crowley, trabajó durante años con las imágenes de las cartas, en las que reunió muchos símbolos herméticos pertenecientes a las escuelas de sabiduría más antiguas y ancestrales, y dónde también confluyen otras disciplinas como la Astrología y la Numerología.
Se estima que Lady Harris, como también era conocida, incluyó más de mil símbolos diferentes en este Tarot y en sus dibujos se aprecian y reflejan tanto el basto conocimiento que poseía, así como una profunda comprensión del significado de los mismos.
Fue tal vez uno de los últimos magos ocultistas conocidos, y quizás también uno de los más famosos. Fama que el mismo se encargó de crear, porque además de una vida plagada de misterios y escándalos de dudoso gusto, se codeó siempre con la élite social más alta, con la aristocracia de comienzos del siglo XX y con los gobiernos mundiales más adelante.
Siendo muy joven se unió a la Orden Hermética del Alba Dorada (Golden Dawn), una de las órdenes esotéricas más importantes dónde se practicaba la magia blanca y cuyos miembros eran artistas, académicos e ilustres personajes de la época, mentes brillantes que tenían por objetivo transformar la sociedad occidental a través de los símbolos.
Sin embargo, Crowley no encajó bien aquí debido a sus prácticas más cercanas a la magia negra y porque era considerado como un tipo lunático y bastante extraño. De hecho, se dice que tras salir de la Orden, la polémica y las extravagantes locuras de las que fue protagonista, lo enmarcaron como un mago oscuro y enigmático, que terminó sus días como líder de otra orden secreta perteneciente a los Templarios.
La creación del mazo se remonta a las actividades en la Golden Dawn, dónde el creador del Tarot Rider Waite, Arthur E. Waite, era miembro también junto a Crowley de la Orden.
Mientras que Waite eligió símbolos contemporáneos para su tarot, Aleister Crowley se decantó por enfatizar a los símbolos ancestrales.
Sin embargo, su diseño tan especial se debe casi exclusivamente al arduo trabajo de Frieda Harris, utilizando inicialmente como base los bocetos y descripciones de Crowley. Antes que trabajar mano a mano, Harris le puso como única objeción desde el principio a Crowley que él no estuviese presente mientras ella trabajaba, a lo que el mago accedió siempre y cuando lo acabase en unos pocos meses.
Sin embargo, el trabajo de la egiptóloga se prolongó durante cinco años (desde 1938 hasta 1943). Se supone que la llegada de la Segunda Guerra Mundial influyó quizás en el tiempo empleado para terminarlo. Y a que Lady Harris pintaba y repintaba cada carta varias veces hasta que quedaba por fin satisfecha con el acabado del diseño.
Esto dio fruto a una gran colección de pinturas y diferentes versiones de una misma carta, que en su gran mayoría podemos disfrutar en un mazo tan espectacular como este. De hecho, no es raro encontrarse con que algunos de sus arcanos poseen tres representaciones diferentes, como ocurre con las distintas versiones del Arcano Mayor El Mago.
El Tarot de Aleister Crowley se basa en el Libro de Thot, considerado como el primer Tarot original que existe, y por eso también es conocido con el nombre de Tarot Thoth de Aleister Crowley.
Mientras trabajaba, Lady Harris profundizó y amplió el simbolismo que hasta entonces abarcaba este antiguo sistema y gracias también a sus conocimientos sobre el antiguo Egipto y a su comprensión intuitiva, el resultado final de este Tarot es uno de los más completos y ricos en simbología que existen hoy día.
Lo curioso de este Tarot es que ni Crowley, que murió en 1947, ni Harris, que lo hizo en 1962 llegaron a ver publicadas estas cartas. En 1969, Grady L. McMurty fotografió y publicó por primera vez los diseños terminados de Frieda Harris, pero no sería hasta el año 1977 cuando la baraja finalmente se publicó como el mazo de Tarot que conocemos en la actualidad.
Alicia Galván