A veces huimos de los conflictos creyendo que eso nos hace más educados y buenas personas, pero es un error... hay que poner en juego el corazón, para ganarse la vida... no sudando bajo el yugo sino defendiendo lo que libremente hemos decidido hacer... y esta decisión siempre es el motivo de la batalla con nosotros mismos, porque a veces no sabemos o no queremos escuchar a nuestro consciencia.
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