Como muchos saben, la glándula pineal o también llamada epífisis, es una glándula endocrina diminuta que alberga nuestro cerebro y se encarga de producir melatonina. La melatonina es la hormona que regula los ciclos del sueño de nuestro cuerpo. El nombre de esta glándula se debe a su forma la cual es similar a la de una piña de pino y ha sido considerada por muchos años como el tercer ojo, el apéndice del cerebro o el portal del alma debido a su ubicación ya que se encuentra exactamente a la mitad del cerebro, entre la frente y la nuca, más o menos a la altura de las cejas.
En este artículo vamos a darte algunos consejos prácticos para que puedas observar las beneficiosas consecuencias, tanto físicas como psicológicas, de tener esta glándula activada.
Se dice también que aparte de su función hormonal, la epífisis tiene también cierta relación con el área espiritual, lo cual ha llamado bastante la atención de las personas interesadas en esta temática. Existen diversos métodos para poder activar esta glándula y lograr que la persona pueda mejorar su función y por lo tanto también ampliar más sus experiencias en el área espiritual, sobre todo aquellas personas que se encuentran en su búsqueda constante.
Para activar la glándula pineal rápidamente se pueden llevar a cabo diferentes ejercicios, entre los cuales se encuentran los siguientes:
Se ha descubierto que el practicar yoga activa todas las glándulas de nuestro cuerpo pero sobre todo en las que influye más esta práctica es en la glándula pituitaria y en la pineal.
Se ha encontrado que practicar constantemente ejercicios de relajación o realizar actividades como escuchar música suave y/o tomar baños relajantes ayuda a potenciar la activación de la glándula pineal en nuestro cerebro.
Existen varios ejercicios y técnicas de visualización que se pueden llevar a cabo para la reactivación de esta glándula. Uno de ellos es el siguiente:
La meditación es un excelente ejercicio que ayuda a conectar mejor con la glándula pineal. Al permitirnos aquietar nuestra mente y serenar nuestro cuerpo, así como brindarnos un estado más elevado de calma y tranquilidad, también nos conducirá a poder activar más esta zona del cerebro. Pero, ¿cómo practicar un ejercicio de meditación que nos permita conectar con nuestra glándula pineal?
Los pasos a seguir son muy sencillos, simplemente es cuestión de sentarnos en una silla o en algún lugar cómodo, colocamos la espalda recta y mantenemos los ojos cerrados.
Es recomendable que las manos las pongamos relajadas sobre nuestras piernas. Una vez que nos encontramos en una posición cómoda y en un ambiente relajado (para ello podemos encontrarnos en una habitación sin distracciones y con una luz tenue), vamos a concentrar nuestra atención en esa zona del cerebro y a pensar en ella imaginando el lugar en donde se ubica, una vez que la hemos imaginado y ubicado perfectamente, notamos como se enciende como si fuera un foco en nuestro cerebro.
Imaginamos como lo hemos encendido o activado y nos concentramos en todas las consecuencias y beneficios que eso trae para nosotros. Respiramos lenta y profundamente a la vez que seguimos visualizando como nuestra glándula pineal irradia cada vez más luz expandiéndola por todos lados. Sentimos como nos conectamos con todo lo que está a nuestro alrededor y la tranquilidad que eso nos brinda al igual que el haber detenido por un momento los pensamientos intrusos. Una vez más nos enfocamos en el centro de nuestro cerebro o en nuestra glándula pineal y en sus beneficios y terminamos inhalando y exhalando lenta y profundamente y agradeciendo esta nueva experiencia.
Algunos de los principales beneficios que produce la activación de la glándula pineal, son los siguientes:
Si deseas conocer más sobre el tema escríbenos.
Marissa Glover