Para recapitular necesitas empezar con una lista de todos tus encuentros, puesto que éstos implican una significativa cantidad de intercambio energético. Recapitular estas experiencias puede proporcionar una sacudida de energía que puede catapultarte al siguiente nivel de recapitulación (las relaciones sentimentales, los padres, compañeros/as de trabajo, amigos/as, etc.). Para recapitular debes recordar la interacción con los máximos detalles posibles.
Inspira llevando la cabeza en un «barrido» desde la derecha hacia la izquierda para recuperar energía que hayas dejado atrás y expira volviendo a llevar la cabeza de izquierda a derecha para devolver la energía que se quedó en nuestro campo energético (energía que pertenece a la otra persona). Esta respiración «de barrido» continúa hasta que ya notas que no hay más devolución de energía. Ello indica que la situación que estábamos recapitulando ha finalizado.
Para terminar, gira la cabeza de derecha a izquierda, de izquierda a derecha y vuelve al centro (mirando al frente) sin respirar: este gesto sella la experiencia que acabas de recapitular. Entonces puedes pasar a otra.
Hablando de una tradición más documentada como es la el Tantra Hindú, (Shaivista): Tantra quiere decir Flujo, vivir en el flujo, pero no solo en el flujo externo, sino que la energía en nosotros realmente fluya. En esta tradición se habla del intercambio que existe a muchos niveles en la pareja cuando se da la relación. El Tantra enseña que la mujer tiene en su matriz además de un gran generador de energía, una forma de transmutar energías sucias, suyas y las que recibe de la pareja durante sus actividades de intercambio energético.
Esto sería el ciclo ideal, desgraciadamente por la neurosis colectiva, las represiones, bloqueos emocionales y energéticos la energía se atora, se ensucia y la mujer se la queda sin posibilidad de transformarla. Y lo peor es que se vuelve adicta a la energía sucia y oscura de su pareja.
Todo esto porque nuestros canales de energía están literalmente llenos de basura energética y emocional, y por lo mismo las estructuras conocidas como Chakras no funcionan como deberían y crean una serie de disturbios no solo energéticos, sino corporales, emocionales, psicológicos y espirituales. Empecemos recordando que somos mucho más que solo lo físico y estamos formados por diferentes cuerpos y estructuras sutiles.
Chakra es una palabra sánscrita que significa “rueda”; rueda porque a los ojos del vidente, aparecen como ruedas en distintas partes del cuerpo. Se han encontrado varios tipos de chakras, todas formando parte de un sistema muy complejo de energías sutiles y cada uno cumpliendo con una función específica. Hoy nos centraremos en los que se conocen como generadores de diferentes tipos de energías que son a los que normalmente llamamos “CHAKRAS”.
En una persona que no ha desarrollado su energía sutil, estos puntos solamente generan pequeñísimas cantidades de energía, suficiente para mantener la vida y el funcionamiento del cuerpo físico como lo conocemos, estos Chakras también coinciden con importantes puntos de acupuntura.
En este modelo, son 7 Chakras principales, y son principales porque se relacionan íntimamente con el funcionamiento del cuerpo físico, con nuestra vida psicológica y también son literalmente puentes entre el mundo físico y los mundos sutiles.
Está colocado profundamente dentro de la pelvis, conectado a todos los órganos de la región pélvica. Energéticamente se expande a las piernas y pies, arraigándonos en la tierra. Aquí nos encontramos en contacto con nuestra naturaleza animal.
Se encuentra alrededor del vientre y gobierna el segmento abdominal, incluyendo intestinos y la matriz. Como sabemos el vientre es la fuente de muchas emociones muy profundas, especialmente las enfocadas en la relación con la madre, por la proximidad del cordón umbilical a este centro cuando estamos dentro del útero. Todas nuestras necesidades, nuestra dependencia de otras personas, nuestras relaciones, se manejan desde aquí, incluyendo el sentido tribal y la identidad colectiva. También está conectado con la sensualidad, con disfrutar los movimientos y la sensación de cuerpo, y es responsable por las experiencias que vivenciamos. Por lo mismo, un gran tema relacionado con este Chakra es el de la codependencia, el cual tiene sus orígenes en la relación madre-infante.
Está localizado en el segmento del diafragma, el plexo solar y es el centro de fuego, de expresión y asertividad. Contiene un número de órganos importantes, incluyendo el hígado, estomago, vesícula y páncreas. Se le conoce como el centro del poder, porque es aquí donde nuestros conflictos con otras personas se originan. Aquí accedemos a los poderes del “yo” como individuo separado y le damos un valor más alto que el colectivo “nosotros” del segundo Chakra.
Se localiza en el centro del pecho, en el segmento torácico. Gobierna el corazón tanto físico como emocional y como el vientre es un centro de sentir principal. Este Chakra está conectado con nuestra capacidad de amar, de compartir con otros y nuestro anhelo por convivir con otros seres humanos en forma incondicional que va más allá de las diferencias egocéntricas del tercer Chakra. Cuando nos rechazan en el amor, aquí se sienten y se guardan las heridas. En este cuarto Chakra llevamos las heridas de cuando no hemos sido aceptados, cuando no hemos podido obtener el amor que anhelamos recibir de alguien más. El corazón es el puente entre los tres chakras inferiores y los tres de arriba. Los primeros tres chakras están arraigados en nuestra naturaleza animal –lo físico, lo instintivo-. Cuando llegamos al corazón nos movemos de lo animal a lo humano y hacia lo divino.
Está colocado en la garganta, conectado con dos segmentos corporales, el cervical y el oral, de esta manera la boca se vuelve la extensión del quinto Chakra. El quinto Chakra gobierna nuestra creatividad y todo tipo de expresión, incluyendo el lenguaje. Las experiencias de los cuatros centros inferiores, están codificadas o almacenadas en este quinto Chakra en la forma de creencias, expectativas, conceptos –la creación de la visión de un mundo que gobierna nuestra forma de ver la vida. El Chakra de la garganta posee la cualidad de la espontaneidad, la habilidad de salirse de formas e ideas fijas hacia algo nuevo, y darle la expresión creativa. Por lo mismo, un centro de la garganta rígido puede resultar en una serie de creencias rígidas e inflexibles. En su modo receptivo, este Chakra está conectado con ser capaces de tomar lo que realmente nos nutre, no solo en términos de alimentos, sino ideas, energía y sentimientos.
El 6 Chakra, llamado Ajna y también conocido como el Tercer Ojo, se localiza en la frente, entre y levemente por arriba de las cejas. Incluye todo el segmento ocular. Este Chakra está conectado con la conciencia y el entendimiento, la capacidad de ver las cosas clara y acertadamente. Está asociado con poderes psíquicos e intuitivos, lo cuales son una manera de “ver”. Cuando está abierto y vibrante de energía, este Chakra puede darnos una experiencia de espacio interno ilimitada – el entendimiento que la energía y la conciencia humana no están confinadas al mecanismo cuerpo-mente. Cuando experimentamos gozo –una cualidad expansiva y de extática, similar al amor, que no se dirige a nada o nadie específicamente – surge de este centro.
El séptimo Chakra, llamado Sahasrara, está localizado en la parte superior de la cabeza, la corona y el cráneo. Este Chakra existe por encima de nuestros asuntos o incluso de alguna definición. No se puede decir mucho acerca de este Chakra porque está más allá del reino de los conceptos y del lenguaje. Fundamentalmente es un experiencia espiritual de unicidad, de unión con lo Divino, un estado de totalidad y armonía con la existencia que está más allá de la dualidad.
Evolución Consciente