En radiestesia, en psiónica y otras técnicas energéticas se utilizan los denominados sólidos platónicos en cristal de cuarzo como elemento potenciador y de orientación de la energía para funciones concretas. Son figuras geométricas sólidas que toman su nombre del filósofo Platón, al que se le atribuye su primer estudio.
Se le denominan sólidos platónicos a poliedros convexos de tal modo que todas sus caras son polígonos regulares iguales entre sí, y en el que todos los ángulos sólidos son iguales. También son conocidos como cuerpos platónicos, cuerpos cósmicos, sólidos pitagóricos, sólidos perfectos, poliedros de Platón o, con base en propiedades geométricas, poliedros regulares convexos. Solo son cinco, y no hay ningún otro cuerpo que solido que tenga las propiedades de convexidad y regularidad; aunque actualmente se le incorpora dos más para hacerlos coincidir con los chakras, pero esto no corresponde con su concepción original.
Suelen estar hechos en cristal de cuarzo o en materiales cristalinos naturales. Se ponen dentro de instrumentos radiónicos para incrementar la influencia de una tendencia, en gráficos activos para potenciar un efecto, en el interior de una pirámide con el testigo del sujeto o con el remedio a cargar energéticamente. También se puede utilizar sobre el cuerpo para restablecer el equilibrio energético, determinando por medios radiestésicos la localización exacta donde situarlo. Se puede considerar un símbolo, pero actúa más en función de su onda forma.
Para su uso adecuado es conveniente estudiarlos detenidamente y comprender su esencia. Para una mejor compresión de estos elementos como las estructuras que sostienen el Universo es conveniente asimilarlos dentro del contexto de los cuatro elementos de la naturaleza de la filosofía clásica, siendo el “éter” el quinto elemento o el que lo impregna todo correspondiente al dodecaedro pentagonal. Platón en su obra Timaeus, dice de ellos: “El fuego está formado por tetraedros; el aire, de octaedros; el agua, de icosaedros; la tierra de cubos; y como aún es posible una quinta forma, la Energía Universal ha utilizado esta, el dodecaedro pentagonal, para que sirva de límite al mundo”.
Tetraedro: Cuatro lados. El elemento asociado es el Fuego. Relacionado con la energía que permite emprender nuevas acciones o tener ideas renovadoras, también se le atribuye la capacidad de equilibrar la energía magnética polarizada.
Hexaedro: Es un cubo con seis caras en forma de cuadrado. Se le asigna al elemento Tierra. Útil para aclarar las situaciones personales y tomar un camino a seguir, así como con los asuntos materiales y el cuerpo físico.
Octaedro: Ocho caras de triángulos equiláteros del mismo tamaño. Su elemento es el Agua. Se le atribuye la acción de integrar aspectos mentales inconexos en el ser interior.
Icosaedro: Veinte caras de triángulos equiláteros. Corresponde con el elemento Agua. Útil para los procesos de transformación y regeneración interior, donde las emociones deben dar un cambio.
Dodecaedro pentagonal: Doce caras formadas por pentágonos. Representa el Universo entero. Se le relaciona con la profundidad del yo interior con connotaciones cósmicas, la ascensión y el misterio.