La temática se transformó en uno de los temas más populares de las redes sociales, las escuelas tienen más alumnos que nunca y cada vez son más las personas que recurren a una consulta de carta natal y leen los climas astrológicos.
La astrología estudia la relación entre lo que sucede en el cielo y lo que acontece en la Tierra. Trabaja sobre la idea de que los seres humanos son un reflejo del universo y analiza la correspondencia entre el individuo (microcosmos) y el sistema solar (macrocosmos).
Desde la antigua Mesopotamia, donde surgió el primer sistema organizado de astrología, este lenguaje simbólico atravesó la historia de la humanidad hasta popularizarse con los horóscopos que se masificaron en los medios de comunicación del siglo XX. Pero la explosión de las redes sociales trajo, en la última década, la difusión de lo que se puede llamar una “nueva astrología”. ¿De qué se trata?
Acostumbrados a creer que el horóscopo nos dirá lo que nos va a suceder, o que un astrólogo interpretará nuestra carta natal para darnos información sobre cómo somos, nos acercamos a la astrología esperando revelaciones.
Sin embargo, gran parte de los astrólogos contemporáneos trabaja desde una perspectiva muy diferente. La carta natal es un diagrama del sistema solar que muestra dónde estaban los planetas, la luna y el sol, cuando nacimos.
Más que decirnos “cómo somos” lo que la carta natal expresa es “lo qué podemos ser”, es decir que habla de nuestro potencial y de nuestro aprendizaje.
La astrología que circula ahora insiste en que nuestra libertad consiste en la toma de conciencia sobre los procesos personales, en que el trabajo de auto conocimiento es la clave para crecer y llegar a ser la mejor versión de nosotros mismos.
El gran desafío es entender que los planetas no tienen influencia sobre nosotros, sino que hablan de cómo estamos conformados energéticamente. Lo que puede contarnos un astrólogo es cómo debemos navegar y vivir los acontecimientos en términos de oportunidades para descubrir quiénes somos.
“Esta mañana me enojé con mi marido por una pavada” le cuenta Ana a su compañera de trabajo, “y después me acordé que está la luna en Aries, me disculpé y me fui al gimnasio a descargar”.
Este tipo de diálogos se escuchan cada vez más y para quienes no están en el tema, es casi chino básico. Pero para quienes siguen el clima astrológico, es una herramienta para interpretar estados de ánimo, procesos personales, y como dicen, “aprovechar la energía disponible”.
Como los planetas se mueven alrededor del sol, el estado del sistema solar cambia permanentemente. Ese movimiento tiene una correspondencia con lo que sucede en la Tierra y por eso la astrología se dedica a estudiar atentamente los ciclos de cada planeta.
La información sobre el clima astrológico de cada día, semana o mes circula especialmente en las redes sociales, donde los astrólogos comparten lo que está sucediendo en el cielo y explican cómo aprovecharlo.
La diferencia importante entre leer horóscopos y clima astrológico, es los primeros se concentran en el signo solar, pero esto es un recorte muy arbitrario.
Cuando decimos “soy de tal signo” en realidad estamos refiriéndonos al signo donde estaba el sol cuando nacimos.
Pero en realidad, en la carta natal está presente el Zodiaco completo. Es decir, que todos somos de todos los signos. Y por eso, cuando leemos el clima astrológico, interesa lo que está pasando en todos los signos.
Lo que Ana comprende, es que la luna es un símbolo de los estados emocionales y que Aries es una energía muy potente y lanzada. Por supuesto que no se trata de que la luna en Aries le mandó un rayo que la hizo enojar, sino que en realidad, es un espejo de lo que le sucede internamente. En vez de enojarse, decide ir al gimnasio porque sabe que es más productivo, en ese “estado lunar ariano”, hacer ejercicio que discutir.
Aunque este es un ejemplo sencillo, el clima astrológico ayuda a comprender no solo cuestiones pasajeras como la de Ana, sino también experiencias más difíciles o tortuosas de nuestra vida.
El Día