No solo para salar las comidas sirve la sal gruesa. Antiguamente, se le consideraba un mineral místico, con el poder de disipar las malas energías, proteger del mal de ojos, de la envidia y la magia negra. Hoy la sal gruesa tiene innumerables atributos para ser utilizada en los hogares: absorbe malos olores y humedad, tiene propiedades blanqueadoras y limpiadoras; además de cosas físicas, blanquea y limpia otras más sutiles, como la energía. Mala onda, malas vibras… propias o ajenas. Para liberarse de esa sensación de pesadez, desgano, carga emocional negativa, hay una gran aliada: sal gruesa para las malas energías
La sal se conoce como un elemento purificador por excelencia. "En la época en que no había heladeras, se salaba la carne para evitar las bacterias. De allí proviene el concepto de que la sal se usa para limpiar. Se limpia el aura con baños de inmersión y se utiliza para delimitar círculos mágicos de protección".
Según cómo se utilice, la sal gruesa puede mejorar estados de ánimo, aliviar dolores, tener un efecto relajante y ayudarnos a conciliar el sueño. Básicamente, se emplea como absorbente de energías estancadas y para "descargar" espacios y personas. Si hay una habitación o espacio del hogar o del trabajo en el que uno se siente especialmente decaído, como si llevara un gran peso sobre los hombros, es probable que el lugar tenga una gran carga negativa. En estos casos se puede depositar puñados de sal gruesa en cada rincón de la habitación u oficina.
Otra manera de liberar energías densas en los espacios es colocar en cada cuarto un vaso con agua mineral sin gas y un puñado de sal gruesa. Se deja toda la noche y se cambia al día siguiente.
Los baños de sal tienen efectos desintoxicantes, ya que al abrirse los poros, la sal lava los metales pesados y las toxinas de las células de la piel. Le aporta una mayor suavidad y elasticidad a la piel, y ayuda a prevenir y combatir infecciones o enfermedades producidas por hongos.
Además, limpia y libera al organismo de las energías densas que traemos después de un día de trabajo. Si se le agrega unas gotas de vinagre, el efecto purificador será inmediato. Por su poder ácido, el vinagre es otro increíble limpiador de las malas energías.
Comenzar a llenar la bañadera con agua caliente. Todo se hace de manera lenta, disfrutando y con mucha conciencia de la intención que se busca con este baño purificador. Agregar la sal y el vinagre y luego meterse al agua. Cerrar los ojos, visualizar un lugar soñado, respirar profundo.
Se recomienda que para aprovechar al máximo las experiencias de relajación y energetización "hay que poner en práctica un precepto esotérico que dice que la energía sigue a la imaginación, sintiendo que al inhalar absorbo energía solar y al expirar expulso negatividad, nervios y todo lo que no me sirve. Oxigenarse bien es fundamental para bajar el estrés y recuperar la vitalidad".