En el libro, la «Ley del Espejo» dice que todo lo de fuera (las circunstancias de tu vida) es un reflejo de tu interior. Es una herramienta de autoconocimiento. Si eres capaz de ver situaciones con personas, lo que estos reflejan de ti y quieres cambiar la sensación de enfado o decepción, el autor japonés propone que una vez lo tengas claro, orientes tu comportamiento al perdón. A lo largo del libro nos muestra la importancia de ‘soltar’ el resentimiento u odio hacia alguien para poder encontrar la paz interior que habita en cada uno de nosotros.
Muchas personas tienen dudas acerca de la ley del espejo y no ven con claridad cuál es el reflejo exterior. Esto es debido a que hay varios matices a esta ley que hay que tener en cuenta. En concreto, son 4 matices, que corresponden a las siguientes situaciones: Los demás reflejan algo nuestro que no queremos ver o aceptar. Lo que nos molesta de alguien nos refleja lo contrario de cómo somos. Cuando queremos controlar o manipular al otro teniendo expectativas egoístas. Cuando sin darnos cuenta estamos haciendo lo mismo a terceras personas.
Recuerda los 7 beneficios de aplicar la Ley del espejo en tu día a día.
Los demás nos reflejan algo nuestro que no queremos ver o aceptar. Cuando observamos algunos rasgos negativos en otras personas y que nosotros mismos poseemos. Lo que nos molesta de los demás es algo que nos molesta de nosotros mismos. Eso es lo que se llama «La sombra», por lo que tenemos que aceptarlos para que no nos afecten.
La cuestión es que lo tomamos como un mecanismo inconsciente de defensa personal, pero no hacia nosotros, tampoco hacia la construcción, y eso es lo que nos hace sentir desarmonía.
EJEMPLO: Un ejemplo de similitud podría ser enfadarse o sentirse incómodo si alguien toma el liderazgo en una situación, decidiendo en tu nombre cuando normalmente estás acostumbrado a hacerlo tú. Es posible que te veas diciendo ‘es un mandón’, ‘siempre quiere hacerlo todo él’ y en realidad no es más que un reflejo de algo similar a lo que haces normalmente, pudiendo haber recibido este tipo de ‘críticas’ en el pasado.
Lo que nos molesta de alguien nos refleja lo contrario de cómo somos. Tenemos determinados conceptos, principalmente de identidad, tan arraigados dentro de nosotros mismos (soy educado, soy tolerante, soy amable…) que el simple hecho de vernos expuestos a personas o circunstancias que reflejen lo contrario nos enfadará de manera desmedida.
Esto sucede como mecanismo inconsciente de refuerzo de la propia identidad, es una manera en la que nosotros mismos recordamos lo que somos y a lo que no nos queremos parecer.
EJEMPLO: Me identifico por ser educado y amable, ante esta situación si decido ir a una oficina para solucionar problemas burocráticos y la persona que me atiende contesta de malas formas, me dice que le molesto, me ignora, etc. me hará de espejo de lo que yo NO soy y no quiero ser, provocando normalmente enfado. Cuando queremos controlar o manipular al otro teniendo expectativas egoístas.
Este caso suele ser el más común y consiste principalmente en ‘contaminar’ con nuestras expectativas internas, las relaciones con los demás. Es decir, nos enfada y entristece cuando una persona externa se comporta de una manera que nosotros mismos creíamos imposible, de esa manera esta persona nos hace de ‘espejo’ mostrando nuestra decepción con que las cosas sean como nos gustaría a nosotros que fuesen. La idealización sirve para darnos cuenta de cómo percibimos las relaciones con los demás basadas en lo que queremos que sean en vez de aceptar como son realmente.
EJEMPLO: Un buen ejemplo de la idealización suele surgir en el contexto de pareja. Cuando conocemos a alguien e inmediatamente creemos que es ‘perfecto’ para nosotros, atribuyéndole características como que es por ejemplo detallista, cariñoso, con capacidad para escuchar y generoso. Sin embargo, en el primer momento en el que veamos un comportamiento egoísta o se olvide de cosas importantes y no escuche, tú mismo te decepcionarás porque la imagen mental que te habías construido mediante la ‘idealización’ no encaja con lo que estás experimentando.
Cuando sin darnos cuenta estamos haciendo lo mismo a terceras personas. La ley del espejo nos muestra también que en determinadas circunstancias reaccionamos de manera desproporcionada con personas que nos reflejan como nosotros mismos nos estamos comportando con otras personas. A través del enfado o de reaccionar ante estos hechos, nuestro inconsciente nos ‘protege’ de recordar que no estamos actuando de la mejor manera posible con otras personas.
Para analizar esto es bueno que hagamos una lista con todas las cosas que nos molestan de las personas que nos rodean. Probablemente, nos demos cuenta de que hay valores que nosotros también estamos menospreciando; es decir, probablemente nos demos cuenta de que hay cosas que nosotros también hacemos mal.
Por eso, el siguiente paso es que hagamos una lista sobre aquello que tenemos que agradecer a esas personas que siempre nos incomodan (probablemente algo habrá hecho por nosotros o por alguien a quien apreciamos), esto hará que las miremos de otra forma y valoremos también sus cualidades.