Los cuatro elementos son esenciales para la supervivencia del ser humano. Sin embargo, para los Wiccans, representa algo más. Los seres humanos han alimentado sus creencias mágicas desde antes del comienzo de la historia. Una de las creencias predominantes es que ciertos componentes básicos, llamados elementos, residen en el núcleo de toda creación, y que todas las cosas contienen las propiedades de uno o más de esos elementos. Se cree que cada cosa que existe en la creación tiene un elemento principal que rige o gobierna sus características internas y externas por encima de todos los demás.
El Aire es el elemento de la mente, del intelecto, de la inspiración y de la imaginación. También es relacionado con las ideas, el conocimiento, los sueños y deseos. Otras relaciones son: una nueva vida, nuevas posibilidades, instrucción, el encuentro de objetos perdidos y de la libertad. El Aire nos ayuda en la visualización, una técnica vital para la magia. Es un elemento masculino y está relacionado con la energía creadora.
El agua es el elemento de la emoción y del subconsciente. Significa el amor, la purificación, la intuición, los misterios, la compasión y la familia. El agua es esencial en hechizos y rituales de amistad, boda, alegría, fertilidad, cura, placer y habilidades psíquicas. Es un elemento puramente femenino y gobierna encantamientos hechos con espejos.
El fuego representa los cambios y la pasión. Es la creatividad, la motivación, la fuerza de voluntad, la seducción y la sensualidad. Es la sexualidad manifestada, tanto física como psíquicamente. El fuego es usado para rituales o encantamientos de cura más fuerte, en la purificación de algo difícil de ser realizado, en el cambio de malos hábitos o para combatir enfermedades difíciles de ser curadas con el elemento agua. El Fuego es masculino y envuelve rituales en que las velas son el objeto principal.
Tierra es el elemento de la estabilidad y del cuerpo. Es la sabiduría, la fuerza, el crecimiento y la prosperidad. Es la tierra física y el corazón de la vida. Es esencial en rituales de prosperidad, negocios, fertilidad y estabilidad. Es también un elemento de carácter femenino y gobierna hechizos con piedras, hierbas y cristales.