Los números son mágicos. Pitágoras fue el matemático griego del VI siglo antes de Cristo, que recopiló y sistematizó ciertas enseñanzas que inspiraron en parte lo que actualmente se conoce como numerología tradicional. Para Pitágoras, los números componen el universo y gobiernan la existencia: todo lo que existe en el mundo está regido por un número que describe su naturaleza y constituye su esencia. La Numerología tradicional busca un sentido numérico a cada cosa y trata de explicar este sentido con asociaciones que se basan en las primitivas explicaciones pitagóricas a las que se les ha agregado, con el correr del tiempo, otras significaciones de origen diverso.
En lingüística, los números enteros naturales uno, dos, tres, cuatro, cinco… se llaman adjetivos numerales cardinales. En matemáticas un número cardinal es una extensión de esta noción para denominar ciertos conjuntos, incluso los conjuntos infinitos.
Por ejemplo, los 7 días de la semana, los 7 pecados capitales, las 7 colinas de Roma, forman tres conjuntos que comparten una cualidad que no comparten con los 5 dedos de la mano, los 5 sentidos o los 5 continentes geográficos. Se puede poner en evidencia esta cualidad haciendo corresponder uno a uno los elementos respectivos de esos conjuntos. Se puede decir que “siete” es el número cardinal que corresponde a los días de la semana, a las notas musicales, los colores básicos del arco iris, a los pecados capitales y a las colinas de Roma. Como el número cardinal “cinco” es una cualidad que corresponde a los dedos de la mano, a los sentidos y a los continentes geográficos. “Siete” y “Cinco” son en este caso una propiedad esencial de esos conjuntos.
Cada uno de los dedos de la mano puede ponerse en correspondencia con un elemento del conjunto de los continentes: América, Antártida, África, Eurasia, Oceanía. Hay una cierta correspondencia uno a uno entre cada elemento del conjunto de los dedos de la mano con el conjunto de los continentes. A cada uno de los cinco dedos de la mano podemos hacer corresponder uno de los continentes. En este sentido se puede decir que hay una relación de equivalencia entre ellos. En matemática se puede decir que se establece entre ellos una relación biyectiva, o también, que esos conjuntos son equipotentes.
En matemáticas se llama número ordinal a un objeto lógico que permite establecer un cierto tipo de orden en un conjunto. Como en lingüística las palabras “primero, segundo, tercero, cuarto, quinto, sexto,…” se llaman adjetivos numerales ordinales y sirven para precisar el rango de un elemento en un conjunto o el orden de un evento en una sucesión. Los números ordinales finitos pueden ser identificados con los números enteros naturales, que se identifican ellos mismos con los números cardinales finitos. Pero esta identificación no es cierta en el caso de conjuntos infinitos, puesto que los números cardinales se corresponden a los números ordinales pero la reciproca es falsa.
Gematria es un sistema numerológico por el cual las letras hebreas corresponden a números. Este sistema, desarrollado por los practicantes de la Cabalá (misticismo judío), derivó de la influencia griega y se convirtió en una herramienta para interpretar textos bíblicos.
En gematria, cada letra hebrea está representada por un número (por ejemplo, aleph = 1, bet = 2, etc.). Entonces se puede calcular el valor numérico de una palabra sumando los valores de cada letra en ella.
La numerología pitagórica y la Gematría tratan sobre números naturales de conjuntos finitos. Analizar el valor numerológico del nombre y de la fecha de nacimiento personales ofrece preciosas informaciones sobre el carácter de la persona. El nombre puede revelar tres números que permiten comprender diferentes facetas de la persona: el número íntimo o del corazón, el número de la personalidad y el número de expresión. Incluso se podría cambiar de nombre si uno no está satisfecho de su significación numerológica. La fecha de nacimiento, que describe un dato esencial de la persona, no es modificable. No es sorprendente que al número asociado a esta fecha se lo llame el “número del destino”… En las tiradas de Tarot, sobre todo cuando también se utilizan los arcanos menores, los métodos de reducción y de interpretación numérica aportada por la Gematría son muy importantes.
La Numerología asocia al alfabeto español los valores siguientes entre 1 y 9:
La simbología y el valor de las letras : | |||
A | J | S | 1 |
B | K | T | 2 |
C | L | U | 3 |
D | M | V | 4 |
E | N | W | 5 |
F | O | X | 6 |
G | P | Y | 7 |
H | Q | Z | 8 |
I | R | . | 9 |
Para un estudio simplificado, se puede suponer que las letras de cada línea tienen el mismo valor, pero esto no es completamente exacto. Por ejemplo A = 1, J = 1 y S = 1. Las tres letras tienen un valor reducido de 1 aunque su valor íntimo sea diferente.
En español debemos notar que la CH tiene un valor de C + H = 3 + 8 = 11 = 2 ;la LL = 3 + 3 = 6 y la Ñ = N + G = 5 + 7 = 12 = 3
Supongamos que se quiere calcular el número de “María Paola”
4 | 1 | 9 | 9 | 1 | 7 | 1 | 6 | 3 | 1 |
M | A | R | I | A | P | A | O | L | A |
4 + 1 + 9 + 9 + 1+ 7 + 1 + 6 + 3 + 1 = 42 = 6
Para un cálculo manual rápido una astucia consiste a suprimir todos los 9 y sumar los otros números.
Por ejemplo: 4 + 1 + 1+ 7 + 1 + 6 + 3 + 1 = 24 = 6
Eso es útil cuando los cálculos son largos y uno no cuenta con una calculadora o un programa informático para hacerlo.
Si bien siempre es mejor comenzar con el nombre de origen según el registro civil, acta de nacimiento o el nombre de bautismo, una mujer puede sentirse mejor con su nombre de casada o un artista, por ejemplo, puede sentirse más identificado con el pseudónimo de escena. En todo caso, se debe prestar una atención especial al nombre que, pronunciado por los otros, resuena en lo más profundo de nuestro ser como un llamado a la propia identidad. Sin embargo, siempre se debe tener en cuenta que los nombres posteriores a nuestro nombre original son justamente eso: posteriores.
Son menos importantes los nombres secundarios o aquellos que no se utilizan de una manera habitual. Analizando nuestro nombre, es muy importante tener en claro lo que se quiere saber del análisis numerológico. Ello puede darnos una pauta esencial para la elección del nombre a analizar.