No nos cansaremos de repetir que la radiónica no tiene nada que ver con conceptos religiosos ni con experiencias mágicas. Entendemos la radiónica como un sistema racional de usar herramientas disponibles para el ser humano con el objetivo de mejorar la existencia. La radiónica permite trabajar con energías sutiles y con el concepto de vibración como base de la materia y de todo lo existente.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que muchas veces se ha tildado de experiencias religiosas o mágicas aquellos sucesos que simplemente empleaban la conciencia humana aplicada a la resolución de un problema o la consecución de un fin. En la antigüedad cuando los pueblos primitivos consideraban que los rayos provenían de la lucha de los dioses o que las tormentas estaban provocadas por la invocación mágica de un determinado hechicero también trataban de dar explicaciones a la realidad empleando razonamientos comprensibles para sus escasos conocimientos. La radiónica utiliza la conciencia y la voluntad como elementos básicos de partida, pero va mucho más allá empleando elementos reales y medibles presentes en el Universo. Todo basado en la experimentación y desprovistos de misticismos o superchería.
La física cuántica trata de dar explicación a fenómenos que ya se trabajan con la radiónica y en los cuales la mente de una persona puede interactuar con un dispositivo con el objetivo de modificar el estado en que se presentan las partículas elementales de la materia. No hay nada mágico ni religioso en la física cuántica ni tampoco en la radiónica, y por tanto el ser humano puede utilizarla sin necesidad de que sea preciso entrar en conceptos relacionados con la fe o con preceptos de magia ceremonial.
La radiónica utiliza circuitos, diales, conexiones y generadores con el objetivo de moldear la materia en su base energética y conjugar la energía en la que se basa todo lo existente. Queda mucho por descubrir en el sentido de dar una explicación absolutamente matemática o científica a estos procesos, por lo que de momento consideramos la teoría como una explicación razonable al igual que los postulados de la física cuántica con relación a Universo. Lo importante es que las experiencias habidas en un siglo de existencia muestran que es posible incrementar de forma extraordinaria las posibilidades de un ser humano cuando se emplea la radiónica y sus dispositivos.
Tanto si usted es una persona profundamente religiosa como un ateo confeso la radiónica puede ayudarle a sacar mayor partido a su existencia. No entra en conflicto con ninguna creencia relacionada con la fe o con los postulados de cualquier otro sistema de relacionarse con la realidad.
La radiónica es fundamentalmente práctica. Quien la utiliza puede aplicarla a campos muy diversos y experimentar los beneficios que se le atribuyen. Emplear un dispositivo radiónico generalmente implica considerar que el ser humano tiene capacidades innatas que van más allá de lo comúnmente aceptado y, en cualquier caso, que podemos interactuar con nuestra realidad para ser participantes activos y no simplemente sujetos pasivos esclavos de los acontecimientos. Cualquier persona puede hacerlo. Usted también.